El parque principal y más antiguo de la ciudad de Mendoza. En 1896, el paisajista francés Carlos Thays fue encargado de diseñar un proyecto que fusionara el romanticismo inglés y el clasicismo francés. El parque abarca más de 329 hectáreas y contiene más de 300 especies de todo el mundo.
Este parque ha ido evolucionando desde su creación, siempre esforzándose por preservar su estilo original, con amplios caminos que invitan a los visitantes a recorrerlo. Dentro del parque, hay varios puntos de interés que vale la pena destacar:
Las puertas del parque: La entrada principal, y la más atractiva para los turistas. Las puertas fueron compradas en Francia en 1907. El cóndor andino, junto con los escudos de Mendoza, son las características más destacadas del monumento.
Los caballitos de Marly: En 1914, se añadieron un par de esculturas de mármol de caballos, realizadas por la firma francesa Sahores y Ojeda de París.
Fuente de los Continentes: Añadida en 1914, esta fuente es una obra de gran belleza artística, diseñada por Val d'Osné en Francia. Representa los cuatro continentes: América, Asia, Europa y África.
El lago: Construido como el corazón del parque, sirve como reserva de agua y lugar para la práctica de deportes acuáticos. Una de las primeras construcciones en el lago fue el Club Regatas, que sigue siendo la estructura principal visible.
El Rosedal: Construido en una de las orillas del lago, ofreciendo un nuevo espacio cultural y recreativo. En el pasado, los visitantes podían subir a un bote que recorría el lago.
Museo de Ciencias Naturales: Ubicado dentro del parque, ofrece información educativa sobre el mundo natural.
Circuito del lago: Un circuito recreativo y deportivo que se puede recorrer por las calles que rodean el lago. Los visitantes también pueden acceder a la isla que se encuentra en el lago como parte del recorrido.
Isla del lago: Una pequeña isla con esculturas y bancos donde puedes relajarte y disfrutar de las vistas al lago.
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Chacras es un pequeño pueblo que data de 1902, conocido por sus encantadoras casas antiguas y calles arboladas, lo que lo convierte en un lugar perfecto para explorar a pie. Su tranquilidad, cultura, agradable microclima y vibrante comercio lo hacen un destino imperdible a pocos kilómetros de la ciudad de Mendoza.
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